jueves, 10 de noviembre de 2016

Mary Reeser

Era lunes, 2 de julio, y los investigadores del FBI acudían a un llamado muy particular. En St. Petersburgo una mujer de 67 años se encontraba en su apartamento calcinada. 

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Mary Reeser


Al rededor del medio día y luego de atravesar la puerta ubicada en la torre de apartamentos, un olor a quemado inundó el olfato de los policías que posteriormente se encontraron con una escena inusual. En el piso del hogar que habitaba la viuda Mary Reeser se encontraba su pie izquierdo vestido con una zapatilla negra, su cráneo que fue señalado de estar 'encogido al tamaño de una taza de té' y parte de su columna vertebral. El resto de su cuerpo estaba completamente calcinado.
El hallazgo fue imposible de explicar aquella tarde de 1951. No había rastro alguno de incendios, ni de objetos que pudieran causarlo. Toda la habitación se encontraba en perfecto estado, así que Mary se clasificó como víctima del "efecto mecha" en el que se supone que la ropa de la víctima absorbe grasa humana fundida y actúa como la mecha de una vela. Esta versión nunca pudo ser probada y la muerte de la viuda Reeser siguió siendo un misterio. 

Final alternativo...

En la oficina del FBI se tejían múltiples versiones, tal vez más creíbles. No se trató de 'combustión humana espontánea', todo parecía ser culpa de los sedantes. La señora Reeser consumía tabletas Seconales, un analgésico que la sacaba de la terrible depresión. 
Al parecer, antes de sentarse en su sillón favorito Mary prendió un cigarrillo. -Seguro se encontraba sedada, afirmó el FBI- poco a poco cerró sus ojos hasta que quedó profundamente dormida. El cigarrillo rodó y cayó en el camisón de acetato y la capa de baño que traía puesta ese día. Mary se quemó tanto, tanto que de su ser no quedó casi nada y del sillón apenas quedaron los resortes. 
Esto fue prácticamente lo que el San Petersburg Times informó...

Captura de pantalla 2016-11-10 a las 8.56.39 p.m..pngSan Petersburg Times. 9 de agosto de 1951 


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